Aprende a limpiar tarima flotante sin dañarla
¿Tienes tarima flotante en casa? Aprende a limpiar tarima flotante sin dañarla con estos consejos de expertos y mantén su brillo natural.
Qué es una tarima flotante
La tarima flotante es un tipo de suelo que se instala sin fijación al pavimento, de ahí su nombre. Está compuesta por lamas encajadas entre sí mediante sistemas de clic o machihembrado, lo que permite su colocación sobre una superficie existente sin necesidad de pegamento ni clavos.
Este tipo de suelo es una alternativa versátil y elegante al parquet tradicional y al suelo laminado. Se fabrica en varias calidades y materiales, incluyendo:
- Tarima flotante de madera natural: Compuesta por una fina capa de madera noble sobre una base de madera contrachapada o fibras prensadas.
- Tarima flotante multicapa: Tiene un núcleo de fibras de madera y una capa superior de madera natural.
- Tarima flotante laminada: Hecha de materiales sintéticos que imitan la madera, con una capa protectora altamente resistente a la humedad y al desgaste.
Diferencias entre tarima flotante, parquet y suelo laminado
Es común confundir la tarima flotante con el parquet y el suelo laminado, pero hay diferencias clave:
Característica | Tarima Flotante | Parquet | Suelo Laminado |
---|---|---|---|
Material | Madera natural, multicapa o laminada | Madera maciza | Material sintético con apariencia de madera |
Instalación | Flotante (sin pegamento ni clavos) | Encolado al suelo | Flotante con sistema clic |
Resistencia | Alta, según el tipo | Sensible a golpes y humedad | Muy resistente al desgaste |
Mantenimiento | Requiere limpieza específica | Se puede acuchillar y barnizar | Fácil mantenimiento, no se puede acuchillar |
Cómo limpiar la tarima flotante
Mantener la tarima flotante limpia y en buen estado es clave para alargar su vida útil y conservar su aspecto original. A diferencia de otros tipos de suelo, la tarima flotante requiere un mantenimiento especial para evitar daños por humedad o productos inadecuados. Sigue estos pasos para limpiarla de forma sencilla y eficaz.
Paso 1: Retirar el polvo sin dañar la superficie
Antes de fregar, es esencial eliminar el polvo y la suciedad para evitar arañazos en la superficie. Puedes hacerlo de dos maneras:
- Aspiradora: La mejor opción, pero utiliza el modo «suelo duro» o cepillo para evitar que la succión dañe la capa protectora.
- Mopa o escoba de cerdas suaves: Ideal para una limpieza rápida sin rayar el suelo.
Paso 2: Fregar con poca agua y productos adecuados
El mayor enemigo de la tarima flotante es el exceso de humedad. Para fregarla correctamente:
- Usa agua templada con un poco de limpiador específico para tarima flotante o suelo laminado.
- Escurre muy bien la fregona o mopa para que quede casi seca antes de pasarla.
- Evita productos abrasivos como lejía o amoniaco, ya que pueden deteriorar la capa protectora.
Consejos extra para mantener tu tarima flotante impecable
- Usa protectores en muebles y sillas para evitar rayones.
- Evita caminar con zapatos mojados o tacones en la tarima.
- Coloca alfombras en zonas de alto tránsito para reducir el desgaste.
Da brillo a tu tarima flotante de forma segura
Con el tiempo, es normal que la tarima flotante pierda su brillo natural debido al uso, la suciedad y la humedad. Sin embargo, es importante restaurarlo sin recurrir a productos que puedan dañarla, como ceras o abrillantadores químicos no específicos para este tipo de suelo.
1. Vinagre de manzana: el mejor aliado natural
El vinagre de manzana es un excelente remedio casero para recuperar el brillo de la tarima flotante. Para aplicarlo correctamente:
- Mezcla un vaso de vinagre de manzana en un cubo con agua caliente.
- Usa una mopa o fregona bien escurrida para evitar el exceso de humedad.
- Friega en la misma dirección de las lamas para un mejor acabado.
- Deja secar al aire sin pisar durante unos minutos.
2. Usa un limpiador específico para suelos laminados
Si prefieres un producto comercial, elige un limpiador especial para tarima flotante. Estos productos:
- Eliminan la suciedad sin dejar residuos grasos.
- Protegen la capa superior del suelo contra el desgaste.
- No contienen ceras ni aceites que puedan dejar una superficie resbaladiza.
3. Lo que debes evitar para no dañar la tarima
- Cera o abrillantadores comunes: Dejan una capa pegajosa que atrae más suciedad y puede alterar la textura del suelo.
- Exceso de agua: Puede filtrarse entre las lamas y causar deformaciones.
- Productos abrasivos como lejía o amoniaco: Debilitan la capa protectora y pueden provocar manchas irreparables.