Las manchas de vino en manteles son un problema muy común y, a la vez, difíciles de eliminar si no se actúa con rapidez. El vino, sobre todo el tinto, puede fijarse con facilidad en las fibras del tejido y arruinarlo. En este artículo descubrirás trucos caseros, productos eficaces y recomendaciones prácticas para eliminar estas manchas según el tipo de mantel y su tejido, recuperando así su aspecto original sin complicaciones.

¿Por qué es tan complicado quitar manchas de vino?
Muchas personas se preguntan por qué es difícil quitar manchas de vino, y la explicación está en su composición. El vino tinto contiene taninos y antocianinas, compuestos presentes en la piel de la uva que actúan como pigmentos naturales muy potentes. Estos elementos penetran rápidamente en las fibras del tejido, tiñéndolas de manera profunda.
Si no se interviene de inmediato, el vino se seca y sus componentes se fijan de forma permanente, lo que complica enormemente su eliminación. Además, factores como el tipo de tela (algodón, lino o poliéster), el color del mantel y la temperatura a la que se lave influyen en el éxito del proceso. Por ejemplo, en manteles claros o blancos, la mancha puede quedar visible incluso tras varios lavados si no se aplica el tratamiento adecuado.
Actúa rápido: primeros pasos
1. Absorbe el exceso sin frotar
Apenas se produzca el derrame, usa papel de cocina o una servilleta absorbente para presionar suavemente, nunca frotar, sobre la mancha. Esto evita que el líquido se extienda o se incruste más profundamente.
2. No permitas que la mancha se seque
La limpieza inmediata, mientras la mancha está aún húmeda, aumenta significativamente las posibilidades de eliminarla por completo. Si el vino se seca, puede fijarse de forma permanente en las fibras.
3. Espolvorea sal de mesa
Aplica una capa generosa de sal sobre la mancha húmeda. La sal actúa como un agente absorbente natural, atrayendo el vino hacia ella y evitando que se propague. Verás cómo adquiere un tono rosado al absorberlo. Deja actuar entre 10 y 30 minutos, luego retira con cuidado y procede al lavado.
Consejo: en tejidos delicados o si se deja demasiado tiempo, la sal podría fijar la mancha en lugar de ayudar. No excedas el tiempo recomendado.
4. Precauciones adicionales útiles
- Evita fuentes de calor (como planchas o secadoras) antes de tratar la mancha, porque el calor puede fijarla aún más.
- Si hay dudas sobre el tipo de tela, revisa primero la etiqueta del mantel, especialmente en tejidos delicados como seda o poliéster.
Soluciones caseras rápidas
Vino blanco
Un truco clásico consiste en empapar la mancha con vino blanco y dar pequeños golpecitos suaves con un paño limpio. El vino blanco ayuda a neutralizar los taninos del vino tinto, reduciendo la intensidad de la mancha. Después de unos minutos, lava el mantel con agua y detergente para completar el proceso.
Sal de mesa
La sal de mesa es uno de los absorbentes más rápidos y eficaces. Solo hay que cubrir la mancha fresca con una capa generosa de sal, dejarla actuar entre 10 y 15 minutos, retirar el exceso y proceder al lavado. Este método es muy útil para absorber el vino rápidamente, aunque conviene no dejar la sal demasiado tiempo para evitar que la mancha se fije.
Bicarbonato de sodio + vino blanco
Este método combina dos elementos potentes. Primero se debe empapar la mancha con vino blanco para reducir el efecto de los taninos. A continuación, se prepara una pasta de bicarbonato de sodio con agua y se aplica sobre la zona afectada, manteniéndola húmeda durante varias horas. Finalmente, se enjuaga y se lava con normalidad.
Leche (más útil si la mancha está seca)
Cuando la mancha ya está seca, un remedio eficaz es sumergir el mantel en un remojo de leche caliente. La leche ayuda a descomponer los pigmentos del vino y a suavizar las fibras de la tela. Tras el remojo, se puede frotar suavemente con un cepillo de cerdas blandas y luego lavar de manera habitual. Es un truco especialmente útil para manchas que llevan tiempo fijadas.
Técnicas más fuertes (con precaución)
Agua oxigenada + detergente
Una mezcla a partes iguales de agua oxigenada y detergente puede ser muy eficaz contra las manchas de vino. Se aplica directamente sobre la mancha, se deja actuar unos minutos y luego se lava. Este método es recomendable solo en tejidos blancos o muy claros, ya que puede causar decoloración en telas de color.
Amoníaco + agua oxigenada
Este es uno de los métodos más potentes, reservado para casos extremos. Se prepara una solución con 5 partes de agua, 1 parte de peróxido y 4 partes de amoníaco. El mantel se remoja durante algunas horas y posteriormente se lava. Es eficaz en manchas persistentes, pero debe aplicarse únicamente en tejidos resistentes y siempre con buena ventilación.
Vinagre blanco + detergente
La combinación de vinagre blanco y detergente también funciona bien en manchas de vino. Se aplica la mezcla directamente sobre la mancha, se calienta ligeramente, se deja actuar unos minutos y finalmente se enjuaga con agua caliente. Es una opción intermedia entre los remedios caseros y los productos químicos más agresivos.
Lejía
La lejía debe ser la última opción y solo aplicarse en manteles blancos y tejidos muy resistentes. Se utiliza siempre diluida y durante un tiempo breve para evitar daños. Tras aplicarla, se debe enjuagar y lavar de inmediato. Aunque es eficaz, conlleva un alto riesgo de decoloración si no se utiliza correctamente.
Tratamiento de manchas secas
Cuando la mancha de vino ya está seca, el primer paso es reactivarla con un remojo en agua tibia y detergente. Este proceso ayuda a ablandar los pigmentos fijados en las fibras del tejido. Una vez que la tela ha recuperado humedad, se puede aplicar cualquiera de los métodos anteriores, como vino blanco, sal, bicarbonato o leche, para facilitar la eliminación completa de la mancha.
En casos de manchas muy antiguas, puede ser necesario repetir el procedimiento o recurrir a técnicas más fuertes como agua oxigenada o productos quitamanchas especializados.